Hay personas predestinadas que, a pesar de las duras pruebas que les presenta la vida, deciden lanzarse al mundo, vencer todo y vivir la vida según su propio deseo. Así fue Chavela Vargas, quien a pesar del odio y resentimiento que recibió sin merecer, logró seguir adelante. Ella fue considerada “distinta” y “rara”, pero más allá del dolor, la angustia, el saber y todo lo que la rodeaba, su arte, a través de su canto que trasciende el canto convencional, le permitió continuar sin arrepentirse de nada: ni de lo bueno ni de lo malo, ni de los momentos felices ni de las tristezas.
A pesar de que nunca recibió amor en la forma convencional, según sus propios recuerdos, ella amó sin límites, sin medida, sin complejos, sin permiso, sin miedo, sin consejo, sin duda, sin precio y sin cura. Amó con todo su ser, muchísimo, pero lamentablemente, nunca le correspondieron. Ella solía decir que en el amor le fue re mal, que le fue de la patada.
En esta pieza LA DAMA DEL PONCHO ROJO, compartiremos algunos pasajes de su larga, difícil y turbulenta vida, que disfrutó y padeció durante más de 90 años. Nos atrevemos a contar estas historias porque ella logró seguir su camino, soportando golpes por todos lados, sin arrepentirse de nada, gracias al apoyo de sus miles de seguidores que la hicieron sentir viva y que la mantuvieron en la memoria y en los recuerdos, cargados de momentos felices que creó y sintió, con o sin el consentimiento de los demás.
Chavela afirmó que logró sobrevivir porque poseía la admirable audacia de reinventarse tras tantas etapas duras. Esa capacidad le permitió regresar al éxito en su último intento. Vivió más de 15 años en lo que describió como “mis 15 años en el infierno”: retirada, olvidada y enferma, aislada en una humilde casa en México, alejada de los escenarios, luchando contra sus propios demonios internos. Había dejado de cantar, vivía recluida, superando una fuerte adicción al alcohol. Para entonces, ya tenía 70 años y parecía que el mundo la había olvidado, hasta que Joaquín Sabina la buscó, la encontró y le rogó que regresara, diciéndole: “El mundo no puede vivir sin tu voz. Ven a España, vuelve a cantar.”
Chavela regresó a España en 1991, después de una ausencia de 30 años. Volvió a los escenarios y su concierto en el Palacio de Bellas Artes fue histórico; fue ovacionada de pie. La voz rota pero poderosa de Chavela volvió a estremecer al mundo. Posteriormente, Pedro Almodóvar la conoció y la invitó a participar en las bandas sonoras de sus películas "La flor de mi secreto" y "Carne trémula". También promovió su presentación en el Teatro Olympia de París, consolidando su regreso y reconocimiento internacional.
Este monólogo del escritor y productor venezolano Armando Africano B. nos lleva de la voz de Chavela a recordar y vivir los momentos más importantes de su vida, sin dejar del lado el humor sarcástico que la caracterizaba ni su profunda honestidad. Con diseño del artista Jairo Carthy C, LA DAMA DEL PONCHO ROJO es una obra para disfrutar leyendo o viendo en una sala de teatro.
De venta en AMAZON, en versión papel y ebook.